De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud, el cáncer de mama (CaMa) es uno de los principales problemas de salud pública tanto en países desarrollados como sub-desarrollados. Paradójicamente en los primeros la tasa de incidencia es mucho mayor pero con un patrón a la baja en la mortandad. Por el contrario, en las naciones con ingresos medios y bajos, como México, el CaMa representa la primera causa de mortalidad por tumores malignos entre las mujeres (1,2). Dicha situación, pone de manifiesto la necesidad de incorporar programas de detección temprana y tratamiento oportuno en nuestro país.
Existen factores de riesgo como la nuliparidad, la edad de presentación de menarca/menopausia, la presencia de antecedentes familiares positivos para cáncer de mama o de ovario, y el uso exógeno de hormonales, que están asociados al desarrollo del cáncer de mama a nivel mundial y México no es la excepción. (6) Promover medidas para prevenir el desarrollo de CaMa, tales como la lactancia materna, evitar el consumo de alcohol y tabaco, así como una dieta baja en grasas y rica en ácido fólico, son tareas incorporadas recientemente a las políticas de salud en nuestro país.
En países como Estados Unidos, la mayoría de los cánceres de mama se diagnostican en etapas tempranas (Estadios I y II), sin embargo en países como el nuestro, un gran porcentaje se diagnostica en etapas más avanzadas (Estadios III y IV) y con probabilidades menores de curación.
La falta de recursos técnicos para efectuar pesquisa con mastografía a las mujeres en riesgo, el limitado acceso a médicos especialistas y la falta de información son factores que contribuyen a esta situación.
Existe suficiente evidencia científica que confirma que en los países desarrollados, un programa de tamizaje organizado y realizado de manera óptima tiene el potencial de reducir entre el 20 y 30% la tasa de mortalidad en la población en riesgo.
El uso de la mastografía como método diagnostico en mujeres de alto riesgo puede reducir la mortalidad de cáncer de mama hasta en un 23%.
La Norma Oficial Mexicana para la prevención, diagnóstico, tratamiento, control y vigilancia epidemiológica del cáncer de mama (NOM-041-SSA2-2011), establece tres recomendaciones esenciales para el diagnóstico temprano de esta patología: a) todas las mujeres deberán realizarse mensualmente una autoexploración desde los 18 años de edad, b) se deberá realizar exploración clínica anual en mujeres mayores de 25 años, y c) la mastografía de tamizaje deberá realizarse en mujeres aparentemente sanas de 40 a 69 años de edad, cada año.